Arequipa: la Ciudad Blanca

  • El nombre de Arequipa procede del quechua ari-quepay, “sí, quedaos”, palabras con las que, según la leyenda, el emperador inca dio permiso a sus soldados a establecer una colonia en el lugar.
  • La “ciudad blanca”, llamada así porque sus edificios históricos están construidos con sillares volcánicos, que es una piedra muy blanca, es la capital del sur del Perú. Sus resplandecientes edificios coloniales en el alto valle del río Chili, están dominados por el cono perfecto, amenazador a veces, del volcán Misti.
  • El departamento de Arequipa tiene una superficie de 63.528km2 y está situado entre el sur del Perú, entre el océano Pacífico y la línea divisoria de aguas continental, representada por las cumbres de la cordillera Occidental. Limita al norte con los departamentos de Ica, Ayacucho, Apurímac y Cuzco. Al este con Puno y Moquegua, y al sur y al oeste con el Océano Pacífico.

Arequipa: capital del Sur de Perú

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Luego de que el emperador inca diera permiso a sus soldados para instalarse en Arequipa, en 1540 la ciudad fue conquistada por los españoles. Estos la rebautizaron con el nombre de Nuestra Señora de la Asunción del Valle Hermoso.

Es un estratégico paso entre la sierra y la costa. La ciudad, situada a 2.300 m de altitud en un valle volcánico de clima árido, pero regado por las aguas del río Chili creció rápidamente convirtiéndose en la capital natural de la región meridional del Perú.

Entre los años 1836 y 1839, al crearse la confederación peruano-boliviana, quedó investida como capital del Perú del Sur. Era una de las tres repúblicas de que constaba el efímero estado.

Arequipa fue un destacado baluarte conservador y en ella se sucedieron numerosas rebeliones y pronunciamientos en el siglo XIX y primera mitad del XX.

Sede arzobispal y universitaria 

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Arequipa es capital de departamento y provincia de su nombre, sede arzobispal y universitaria. Está unida al lago Titicaca y Cuzco por las vías de comunicación que recorren el valle. Está servida por el ferrocarril del sur y por un ramal de la carretera panamericana. Posee, igualmente un importante aeropuerto, centros comerciales, industria textil, del cuero, alimentaria (lácteos y cervezas).

Sus callecitas empedradas con adoquines, su plaza principal y sus portales, nos retroceden a tiempos muy pretéritos, lo que se complementa con la visita al convento de Santa Catalina, verdadero monumento de la ciudad, construido en 1580 y que se conserva hasta hoy en perfectas condiciones arquitectónicas.

Sillares volcánicos 

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Los edificios históricos de Arequipa están construidos con sillares volcánicos, ligeros y muy blancos. Son característicos los gruesos muros y las bóvedas provistas de pesados contrafuertes para prevenir el efecto de los terremotos que son muy frecuentes en el sur de Perú. Las fachadas de los edificios son realizadas con una laboriosidad y belleza sin igual.

El Convento de Santa Catalina, constituye en sí mismo una pequeña ciudad monástica. La catedral del siglo XVII (ha sido reconstruida) , la iglesia y claustro de la Compañía de Jesús, situados frente a la plaza de Armas, el conjunto de capillas y casonas coloniales de la plazuela de San Francisco y diversas iglesias y casas patriarcales, como las de Goyeneche, Irriberry y Ricketts, son todas del siglo XVIII.

La Universidad de San Agustín cuenta con una excelente colección de cerámicas y de momias precolombinas.

Tres grandes regiones

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Las tierras del departamento peruano de Arequipa ascienden desde las orillas resecas del Pacífico hasta las nieves eternas de los volcanes de la cordillera Occidental de los Andes.

Tanto en el aspecto físico como en el humano y económico pueden distinguirse en el territorio tres grandes regiones: la costa, franja estrecha, de clima árido y templado. Se caracteriza por su paisaje desértico y baja altitud media; la pampa, que es una zona situada entre los mil y los tres mil metros de altura, donde las precipitaciones son escasas y estacionales, y la sierra, por donde se extiende el altiplano, de clima frío y seco, es el área en la que se alzan las nevadas cumbres andinas.

Ríos y conos volcánicos 

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Los ríos Acarí, Yauca, Ocoña, Majes, Sihuas, Vítor y Tambo, que descienden hacia el Pacífico, son cortos y torrenciales. Sus cauces se alimentan de las escasas aguas y nieves de la sierra, labrando profundos cañones y fertilizando áreas de regadío en la pampa y en la costa.

También abundan los conos volcánicos de gran altitud, tres de los cuales, el Misti, el Nevado Chachani y el Picchu Picchu dominan el valle en el que se ubica la capital.

El territorio del departamento está poco poblado y la mayor parte de sus habitantes se concentra de hecho en la capital.

Agricultura

Esta es de regadío, y se concentra principalmente en la costa y en la cuenca del río Vítor, regulado por el embalse de El Fraile. Se cultiva industrialmente, el algodón, la caña de azúcar y el arroz. Igualmente hay plantaciones de tipo mediterráneo como la vid, el olivo y se cría ganado de vacuno, llamas y alpacas. La industria, principalmente alimentaria, lanera y de artículos de cuero, están en la capital, Arequipa, mientras que la transformadora de la pesca está en Mollendo. En Acarí hay yacimientos de hierro.

El ferrocarril del sur atraviesa el departamento comunicando los puertos de Mollendo y Matarani, ubicados sobre el Pacífico, a través del valle de Arequipa, con el puerto de Puno, sobre el Titicaca y el Cuzco.

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La zona, es muy rica en agricultura, crianza de animales y trabajos de talabartería. El turismo crece día a día, dejando a los visitantes extasiados con la contemplación de sus maravillosas edificaciones en piedra sillar, muy bien conservadas, su convento de Santa Catalina, su plaza con los portales del siglo XVI, sus preciosas calles adoquinadas y la amabilidad de su gente. Arequipa, “la ciudad blanca”, del Perú es un sitio inolvidable donde uno siempre tratará de volver. Lo más importante, es que la ciudad luce como hace 400 años, algo difícil de encontrar en nuestros días. Por eso recordamos su nombre en quechua ari-quepay, “sí, quedaos”, como un acierto. Es una ciudad donde uno realmente querría quedarse y establecerse.

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