Catedral de Sal de Zipaquirá: la primera maravilla de Colombia

Por: Javier Hernández Porras

Zipaquirá es un municipio colombiano localizado en la provincia de Sabana Centro, a tan solo 42 kilómetros de Bogotá, la capital del país cafetero. A este pequeño municipio se le conoce con el nombre de “Ciudad de la Sal”. En él se encuentra lo que para los colombianos es desde el 2007 la “Primera maravilla de Colombia”, la Catedral de Sal.

Lo curioso de este logro arquitectónico y artístico es que en realidad esconde dos catedrales: la antigua y la nueva (esta última es la única abierta al público). La antigua, construida a principios de los años 50 del siglo pasado, se ideo debido a la devoción que los obreros demostraban antes de iniciar su jornada de trabajo. Estos adornaban los socavones con imágenes religiosas de sus santos a los que pedían bendición y protección. La Basílica tenía una longitud de 120 metros, una superficie habitable de 5.500 metros cuadrados y una altura de 22 metros, pudiendo albergar hasta 8.000 personas. La antigua Catedral fue cerrada en 1990 debido a la falta de seguridad para los visitantes y a los fallos estructurales de la misma.

Mina de Zipaquirá

La Catedral nueva, inaugurada en 1995, fue construida 60 metros por debajo de la antigua en el segundo nivel de la mina de Zipaquirá. Dividida en tres secciones principales, la entrada por un gran túnel iluminado de rojo, nos da la bienvenida y nos invita a contemplar con paciencia la rica colección artística compuesta de obras de arte esculpidas en sal y mármol. La visita nos ayudará también a entender la historia de la explotación de la sal de la región.

La primera sección de la catedral nueva está dedicada al Via Crucis. En el recorrido encontraremos las catorce etapas vividas por Jesús desde el momento en que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepultura. Me sorprendió comprobar que en ninguna de las representaciones aparezca un rostro o cuerpo humano. Todas ellas están descritas por símbolos que nos hacen recordar paso a paso el calvario de Jesús. Su iluminación y el ambiente musical que nos acompaña de fondo por todo el recorrido, crean un ambiente místico y espiritual.

Aunque está perfectamente iluminado y los guías nos avisan constantemente del peligro de asomarnos o subirnos a las cruces, hay que tener mucho cuidado y tomar en serio sus recomendaciones. Algunas de las paradas están realizadas en cuevas con caídas de hasta 14 metros de altura.

Acabando el Via Crucis llegamos a la segunda sección donde encontramos la espectacular cúpula de la Catedral. Su tamaño e iluminación provoca una sensación imponente para cualquier visitante. Las imperfecciones de la cúpula trabajada en sal, parecen representar millones de planetas y estrellas sobre nuestras cabezas.

Sostenida por columnas de sal

Desde este punto descendemos hacia los balcones sobre las cámaras, el coro y el nártex. Aquí encontraremos una de las zonas más sorprendentes de esta construcción. Esta parte está sostenida por cuatro enormes columnas de sal de 8 metros de diámetro que representan a los cuatro evangelistas. Continuando por esta sala llegamos al bautisterio, simbolizado por una cascada de sal. Desde este punto accedemos a la nave central de la catedral situada a 180 metros bajo tierra.

Al llegar a la nave principal destaca sobre todo la gran cruz de sal realizada en bajorrelieve. Es la cruz más grande del mundo bajo tierra con unas medidas de 16 metros de alto por 10 de ancho. En este mismo espacio encontramos La Creación del Hombre, Homenaje a Miguel Ángel, obra del escultor Carlos Enrique Rodríguez Arango.

En esta Catedral, el Vaticano solo permite que se oficie misa los fines de semana, pero ningún otro rito religioso como bautizos, primeras comuniones o bodas. También el Vaticano puso freno a sus dimensiones. La Catedral de Sal iba a ser más grande de lo que al final se construyó, pero no se lo permitieron ya que ninguna iglesia puede ser más grande que la catedral de San Pedro de Roma.

Durante todo el recorrido podremos percibir un olor fuerte a salitre o a azufre, pero no hay que preocuparse por ello. La excelente obra de ingeniería tiene diseñado un sistema de ventilación perfecto por los diversos túneles y galerías permitiendo albergar a la vez hasta 7.000 personas sin ningún tipo de riesgo.

El recorrido termina en unas grandes galerías repletas de tiendas donde podremos comprar todo tipo de artículos relacionados con la minería o arte y cultura local. La verdad es que me sorprendió un poco la cantidad de espacio que han utilizado como galería comercial. Me recordaba al marketing que utilizan los grandes parques temáticos.

Horarios y precios

La Catedral de Sal abre todos los días de 9 de la mañana a 5:30 de la tarde. La visita, por seguridad, siempre se hace guiada y su duración es de 2 horas más o menos. El precio de la entrada es de 25.000 Pesos Colombianos para adultos y 17.000 para niños de 4 a 12 años.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.